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INTRODUCCIÓN |
La
Rioja es una región natural española, cuya fama le viene de sus
vinos de mesa, conocidos y estimados en el mundo entero, que toma su nombre
de un afluente del Ebro, el Río Oja. El
río Ebro la cruza de oeste a este, en su largo camino hacia el Mediterráneo,
descendiendo desde los 480 metros de altitud sobre el nivel del mar
(Rioja Alta) a los 300 m. de altitud
(Rioja Baja). Geográficamente, La Rioja está
dividida en siete valles, definidos por los siete ríos que descienden desde
las sierras del Sur hacia la cuenca del Ebro del que son afluentes:
Tirón, Oja, Najerilla, Iregua, Leza, Cidacos y Alhama.
Sólo la Sonsierra riojana (Briñas, San Vicente y Ábalos) queda situada en la
margen norte del Ebro. |
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Es una de las regiones más pequeñas de España,
con poco más de 5.000 kilómetros cuadrados de superficie y una población
total de 265.000 habitantes, de los que la mitad viven en la capital,
Logroño, situada también a orillas del
Ebro. Tiene 174 municipios distribuidos en nueve comarcas. Su temperatura
media anual varía desde los 15ºC a los 8ºC, si bien las mínimas son bastante
mas bajas en las cumbres de las sierras de Urbión y Cebollera. Por su parte
los riojanos han formado tradicionalmente una sociedad agraria de corte
mediterráneo, asentada básicamente sobre las amplias terrazas que se
extienden en las proximidades del Río Ebro.
Puente de Piedra
sobre el río Ebro (Logoño) |
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Hay cuatro razones en las que basarse para
organizar una excursión a La Rioja.
Su vino, su paisaje, su pasado lingüístico y su
paleontología. Y las dos primeras aconsejan que el viaje sea en
otoño.
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EL
VINO |
La Rioja
fue la primera región de España que, allá por el siglo XIX, adoptó los
métodos de vinificación que llevaban desarrollando los franceses muchos
años. El Marques de Murrieta, hacia la
mitad de siglo, fue el primero que introdujo estas técnicas y casi al mismo
tiempo hacia lo propio el Marques de Riscal
en la parte alavesa.
El arte del cultivo de las vides tiene su momento de más afanoso trasiego
durante la vendimia. El comienzo de la vendimia en esta región es tardío, en
Septiembre, y la recolección suele durar entre treinta y cuarenta días.
Las variedades de uva de sus vides son el Tempranillo, las Garnacha
blanca y tinta, el Mazuelo, el Graciano, la Viura y la Malvasía.
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Tempranillo
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Garnacha blanca |
Garnacha tinta |
Mazuelo
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De ellas salen caldos aromáticos,
frescos, de composición equilibrada, con excelente bouquet y robustez media.
Los más representativos son tintos de color rojo rubí brillante, aroma
penetrante e incisivo, francos al paladar, muy buenos para acompañar a
carnes fritas y asadas, caza mayor y menor, aves y quesos curados y
semicurados. La variedad Tempranillo predomina sobre las demás.
Según el proceso de envejecimiento seguido, los
vinos se ordenan en las categorías siguientes:
- Gran Reserva, procedentes de los años
de cosecha de calidad excepcional, con una antigüedad de mas de cinco años,
de los que los dos primeros han debido permanecer en barrica de roble y los
otros tres embotellados.
- Reserva, procedentes de añadas de
buena calidad, que tienen que haber permanecido un año como mínimo en
barrica y dos en botella.
- Crianza, que tienen que estar en su
tercer año y haber pasado el primero de ellos en barrica.
- Jóvenes, que son vinos en su primer o
segundo año.
También hay en La Rioja buenos vinos rosados,
que suelen ser de color rosa vivo, muy ligeros, frescos al paladar y con una
fuerte fragancia, predominando la variedad Garnacha y también hay buenos
blancos, en general de color amarillo
verdoso pálido, con un aroma fino, ligeros y bajos de graduación, en los que
predomina la variedad Viura.
Esta información básica requiere el complemento de una visita guiada a
cualquiera de las numerosas bodegas que podemos encontrar en pueblos
vinateros como Cenicero en donde tienen
su sede Bodegas Riojanas, Berberana, Marques de
Cáceres, Unión Vitivinícola, etc. o como
Haro en donde se ubican Bodegas
Bilbaínas, Compañía Vinícola del Norte de España, López de Heredia-Viña
Tondonia, Paternina, etc. También requeriría unas cuantas
lecciones de cata, impartidas por un buen sommelier.
Lo expuesto hasta aquí referente al vino, tiene su continuación natural en
la gastronomía riojana. Sus hortalizas
son famosas por su calidad: pimientos, tomates, alubias, berros, alcachofas,
cardos, espárragos, berzas, coliflores, patatas, etc. Con ellas se preparan
los platos típicos: Patatas a la riojana con pimiento y tomate, menestra de
verduras, potaje de legumbres, pimientos rellenos, ensalada riojana, sopa de
verdura o pochas guisadas.
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EL PAISAJE
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Dentro de sus 5.000 kilómetros cuadrados de
territorio, vamos a encontrar una buena variedad de paisajes con una gran
diversidad debida a tres influencias climáticas distintas: la
mediterránea procedente de la desembocadura del Ebro que le llega
cuando sopla el viento del este, la atlántica
que proviene del noroeste, con los frentes lluviosos llegados del
Cantábrico, y la continental por
influencia de la meseta norte castellana que queda al sur de sus sierras.
Esquemáticamente, si trazásemos una línea imaginaria de oeste a este, La
Rioja se compondría de dos partes diferenciadas:
I. La Depresión
del Ebro o Valle del Ebro, al norte, de terrenos llanos o con
suaves pendientes, con menos de 800 metros de altitud sobre el nivel del
mar, formado por las zonas de influencia del Ebro y sus afluentes y en el
que se concentra la población y la actividad económica.
II. Las Sierras
al sur que la separan de la meseta castellana; Forman parte del Sistema
Ibérico y van disminuyendo de altitud en sentido O-E. La mas alta es la
Sierra de la Demanda, que tiene su cima en el pico de San Lorenzo, de 2.270
metros. Al sur de esta encontramos la Sierra de Urbión (2.228) y al este la
de Cebollera (2.146) seguida de Monterreal (1.758) y Alcamara (1.531). En
las sierras el relieve es muy accidentado debido a la existencia de fuertes
pendientes, en general superiores al 20% que solo permiten usos del suelo
ganaderos y forestales, con mezcla de pastizales, matorrales y bosques. Su
población es escasa, con problemas de envejecimiento y de despoblamiento.
Últimamente el turismo serrano ha intentado frenar algo esta tendencia que
permite realizar itinerarios por paisajes majestuosos jalonados de pinares y
hayedos de extraordinaria belleza.
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EL PASADO LINGÜÍSTICO
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En La Rioja,
en el valle del río Najerilla y en el pueblo de San
Millán de la Cogolla se encuentra el Monasterio de Suso,
lugar considerado como la cuna del castellano merced a un famoso estudio de
Menéndez Pidal publicado en 1.923 en el que hacia su importante aportación
al estudio de las Glosas Emilianenses.
El Monasterio, importante centro cultural durante siglos, debe precisamente
su fama mundial al hecho de que en su “scriptorium” fueron
manuscritas las famosas Glosas Emilianenses.
Éstas son una serie de apostillas anotadas hacia finales del siglo XI al
margen ò entre líneas de numerosas hojas de varios códices pertenecientes a
la biblioteca del Monasterio, códices que habían sido escritos en los
siglos IX y X. Estas notas constituyen el testimonio escrito en
lengua romance más antiguo conocido.
La escena sería de
finales del siglo XI:
-
En el monasterio algunos novicios se afanan en copiar e iluminar antiguos
códices escritos en latín, lengua en desuso entre el pueblo llano y que no
entienden, por lo que para ayudarse en la comprensión de algunos textos,
hacen anotaciones en letra menuda que les ayuden a comprender (glosen)
aquellas palabras latinas que desconocen -.
El Códice Emilianense número 60, actualmente depositado en la
Real Academia de la Historia, es el que posee mas glosas. Consiste en una
homilía en latín fechada en el siglo X con multitud de anotaciones escritas
en la lengua romance hablada en La Rioja en los años finales del siglo XI,
en un dialecto riojano separado ya completamente del latín original y germen
de las lenguas y dialectos hispánicos (castellano, navarro-aragonés, leones,
etc.) que van a prosperar siglos después. En el margen inferior izquierdo,
se encuentra la frase más larga que existe en todo el Códice en lo que, en
este sentido constituye un primer castellano arcaico o
primitivo.
También aparecen glosas manuscritas en latín (poniendo algún sinónimo más
comprensible que el que aparece en el texto latino) y algunas en eusquera.
Por tanto en las glosas aparecen también las primeras palabras escritas en
vascuence. A este respecto hay que recordar que el idioma vasco era en el
siglo XIII predominante en el valle de Ojacastro y aun hoy es abundante la
toponimia vasca en toda la zona occidental riojana. Las glosas, a veces, son
palabras sueltas escritas encima del texto, otras, en los márgenes, son ya
verdaderas frases y la misión de servir de explicación o comentario es
evidente, es decir que su propósito claro fue el de ayudar a la lectura e
interpretación de los códices.
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LA PALEONTOLOGÍA
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En
la Rioja hay muchísimas huellas de dinosaurios, técnicamente
llamadas icnitas, del periodo Cretácico, es decir de hace unos
120 millones de años. La zona era pantanosa y con densa vegetación, un
excelente hábitat para los grandes saurios. Se han localizado una veintena
de yacimientos, de los que vamos a mencionar Barranco del Canal, Peña
de Portillo, Virgen del Campo, Los Cayos y Era del Peladillos. Las
huellas se han tintado para que puedan verse con facilidad.
En Enciso existe un Centro Paleontológico, en el que facilitan información
al respecto. |
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He escogido una ruta sencilla, cuyo recorrido
va por Santo Domingo de la Calzada, San Millán
de la Cogolla, Logroño y Calahorra, consciente de que dejo
sin visitar muchos lugares interesantes. Quienes puedan prolongar la
excursión deben recordar los nombres de Ezcaray,
Torrecilla en Cameros, Alfaro, Anguiano, Cervera del Río Alhambra, Haro y
Cenicero. |
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Un viernes de otoño a las 10 de la
mañana. |
La primera etapa de la excursión encuentra su
meta volante en la ciudad de Santo Domingo de la
Calzada. Son 300 km. si se sale de Madrid (por la N-I) y se
tardan 3 horas y media.
El origen de la ciudad data del siglo XI, época en la que el joven pastor
Domingo decidió hacerse eremita y limpiando el lugar de zarzas, hizo un
camino a través del bosque y construyó un puente sobre las aguas del río Oja
con la idea de abrir un atajo en el camino de Santiago que hasta entonces
iba de Nájera a Burgos por la antigua calzada romana. Ése fue el germen de
la ciudad trasiego de peregrinos y con ellos de artesanos y mercaderes. La
localidad ha sido desde entonces un hito crucial en la ruta jacobea. En ella
finalizaba una de las etapas y el peregrino descansaba y recobraba en ella
fuerzas suficientes para continuar el camino hasta Santiago de Compostela.
En 1187, Alfonso VIII le concedió el primer fuero. En el siglo XIII, el rey
Fernando III otorgó a la villa el título de “cabeza de la merindad de La
Rioja”. Alfonso XI, ya en 1333, la nombró “ciudad por privilegio”. En 1367,
en el transcurso de la guerra entre Enrique de Trastámara y Pedro I el
Cruel, este último mandó amurallarla. La ruta compostelana entró en
decadencia en el siglo XVI y con ella la ciudad, a pesar de los privilegios
que le concedió el emperador Carlos V.
Santo Domingo de la Calzada,
lugar de evocación y recuerdo del Camino de Santiago, ha quedado reducido
hoy a un pueblo pequeño, con una feria de maquinaria agrícola dentro de las
fiestas de la Concepción del 5 al 8 de diciembre y su conocido Mercado del
Camino, resto de su pasado esplendor mercantil. El casco antiguo conserva su
estructura medieval. El puente, construido legendariamente por el santo,
tiene dieciséis ojos observables y ocho enterrados bajo los accesos. El
antiguo hospital de peregrinos se ha convertido en parador de turismo y está
junto a la catedral. Quedan restos de sus murallas medievales del siglo XIV
mencionadas, con 130 m de longitud y cinco torreones. En las calles de
aspecto medieval, algunas casas tienen escudos en sus fachadas y muchas
están protegidas por grandes aleros de madera. En la plaza Mayor se levanta
el edificio del Ayuntamiento, de estilo barroco.
El patrimonio religioso de Santo Domingo tiene su mejor ejemplo en la
catedral. Construida a partir del año 1168, se fue ampliando y restaurando a
lo largo de los siglos sobre la pequeña iglesia fundada por el santo. Parte
de la fachada principal es románica, así como el ábside semicircular que
alberga el deambulatorio, propio de las iglesias de peregrinación. Otros
elementos románicos son los canecillos del exterior del ábside y parte de la
estatuaria. Durante los siglos XIV y XV se levantaron sus tres naves
góticas. En el siglo XVI, las naves se cubrieron con bóvedas estrelladas. En
el siglo XVIII se remató la fachada principal y se levantó la torre,
separada del edificio; ambos elementos en estilo barroco.
En el interior de la catedral destaca el mausoleo de Santo Domingo, un
sarcófago gótico tardío de Juan de Resines (1513), y el retablo mayor, con
base de alabastro, una joya plateresca de Damián Forment (1537). Frente a la
tumba del santo, una reja barroca recuerda su célebre milagro de la gallina;
la reja está situada sobre el arco de una pequeña puerta. El coro y un
número importante de capillas también son dignos de visitar, así como el
claustro y la sacristía.
Otros edificios destacables son el convento de San Francisco, de estilo
herreriano, construido en el siglo XVI y en donde actualmente se está
montando una Hostería, el convento cisterciense de las Bernardas, con un
pórtico de acceso, erigido a principios del siglo XVII y la iglesia de
Nuestra Señora de la Plaza. El conjunto monumental medieval conserva
dignamente la estructura que le valió ser declarado Conjunto de Interés
Histórico Nacional en 1973.
Las fiestas en honor de Santo Domingo han sido declaradas de Interés
Turístico Nacional por su antigüedad y están organizados por la cofradía del
Santo que fue creada en 1106 para atender a los peregrinos en su camino
hacia Santiago. A la hora del yantar, junto a la Catedral tenemos el Parador
de Turismo y también tenemos junto al Convento de San Francisco, en la plaza
de Bonifacio Gil 7 El Rincón de Emilio. En ambos sitios tienen buena
menestra de verduras.
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El mismo viernes a las 4 de la
tarde. |
Se sigue camino hasta
San Millán de la Cogolla, capital del valle del
Najerilla, entre los ríos Oja y Najerilla. En total son 20 km. (media hora).
Hay que visitar los dos monasterios que existen en San Millán de la Cogolla
y que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 4 de
diciembre de 1997. Yuso o de abajo
y Suso o de arriba.
Precisamente
la Hostería del Monasterio de Yuso
es el hotel que recomendamos para pasar la noche. El teléfono es 941 37 32
77. De las 25 habitaciones las de delante dan a un amplio patio rectangular
renacentista y las de detrás al paisaje exuberante de la sierra riojana.
Todas son recomendables.
Se debe hacer sin dudar la visita guiada al Monasterio. Actualmente la
congregación que le ocupa es la de los Padres Agustinos Recoletos. El
Monasterio de Yuso fue reconstruido en los siglos XVI, XVII y XVIII, en
estilo renacentista y barroco. De grandes dimensiones, guarda tesoros
artísticos en su museo como varias pinturas de Juan de Rizzi, varios cobres
del siglo XVII y las arquetas de oro y marfil, del siglo XI, que guardan las
reliquias de San Millán.
También ha continuado en el monasterio la tradición de copistas y escritores
y aún hoy en día siguen cuidando los monjes su importante biblioteca
en donde se conserva también una notable colección de manuscritos y códices
salidos del “scriptorio”, del Monasterio de Suso o de arriba:
El Códice Emilianense de los Concilios (992), la Biblia de Quiso (664) y una
copia del Apocalipsis, de Beato de Liébana (siglo VIII).
En la hora que dura la visita, unos guías buenos conocedores del tema y muy
amenos explican el asunto de las Glosas, códices y curiosas anécdotas
referidas a una multitud de elementos interesantes.
(El horario de visitas de Octubre a Mayo es de 10,30 a 13 horas y de 16 a 18
horas. Para mas información puede llamarse al teléfono 941 373 049).
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Sábado. 10 de la mañana. |
Después del desayuno en la Hostería, se pueden
recoger las maletas y comenzar bien el día visitando el
Monasterio de Suso o de arriba,
anterior al de Yuso y surgido de las cuevas que habitaron los eremitas
discípulos de San Millán. Unas cuevas que se acabaron convirtiendo en un
pequeño cenobio y después en un monasterio estimable.
Recién restaurado, podemos apreciar en él los diferentes estilos
arquitectónicos que se fueron superponiendo entre los siglos VI y X:
visigótico, mozárabe y románico. Fue aquí donde un clérigo nacido en el
pueblo próximo de Berceo rimó en el siglo XIII sus versos a San Millán, el
santo eremita que había vivido en el siglo VI y en cuyo honor se erigió un
cenotafio en el siglo XII. Nos referimos a
Gonzalo de Berceo, que ha pasado a la historia como el primer
poeta de nombre conocido que escribió en lengua castellana.
Las composiciones de Gonzalo giran alrededor de aspectos religiosos, pero
con un carácter local, al incorporar a su poesía referencias surgidas de la
tradición oral.
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quiero fer una prosa en román paladino
en cual suele el pueblo fablar con su veçino
ca non so tan letrado por fer otro latino
bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino |
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Entre sus obras destaca la descripción de la Vida de San Millán y de la de
otros santos de la comarca najerense como Santa Oria de Villavelayo y Santo
Domingo de Cañas.
No deja de ser sorprendente que dos siglos después de las Glosas, sea
precisamente en este mismo pequeño valle riojano donde se produzca la
primera manifestación literaria de la lengua castellana de autor conocido.
El teléfono de información del Monasterio de Suso es el 941 37 31 73 y el
horario de visitas es de 10 a 1 y 1/2 y de 4 a 6 y 1/2. La subida es por una
carretera restringida, por lo que existen unos microbuses gratuitos que
organizan la visita en grupos. La visita es encantadora, aunque mucho más
breve que la del Monasterio de Yuso. Después de la visita recomendamos bajar
paseando por un cómodo sendero por el que no se tarda mas de 15 minutos en
volver al otro Monasterio.
Después
seguiremos viaje a Nájera que está a
unos 18 Km y se tarda en llegar media hora. Nájera es una ciudad de
fundación prerromana, de origen desconocido. Tierra de paso, situada en
lugar estratégico, vivió diferentes culturas: autrigones, vascones, berones,
romanos, suevos, árabes... (Aquí veremos el
Monasterio de Santa Maria la Real de estilo gótico florido,
con los panteones de los reyes de Navarra y de sus nobles en el claustro de
los Caballeros).
Desde principio del siglo X se mencionada Nájera en las continuas luchas
entre moros y cristianos. A esta población le dieron los árabes el nombre de
Náxara ("Lugar entre peñas" o "Lugar al mediodía") y a su río Naila le
llamaron Naxarilla. Fue reconquistada definitivamente por Ordoño II de León
el año 923, en colaboración con Sancho Garcés I de Navarra (905-925). Este
la incorporó a su reino, junto con el Ducado de Cantabria, donándola a su
hijo García Sánchez I (925-970), con la denominación de "Reino de Nájera".
Posteriormente, a lo largo de los siglos X y XI se convirtió en la capital
efectiva del extenso reino de Nájera-Pamplona. En ella reinaron
sucesivamente Sancho Garcés II Abarca (970-994), García Sánchez II el
Temblón (994-1004) y Sancho Garcés III el Mayor (1004-1035). Con este
monarca, denominado "Rex Hispaniarum", alcanzó Nájera la cima de su fama y
esplendor. Fue entonces la capital de un reino que abarcaba grandas
territorios de Cantabria, Castilla, León, Navarra y Aragón. En aquella época
Nájera fue escenario de trascendentales acontecimientos en la historia de
España. Sancho Garcés III celebró Cortes y otorgó el famoso Fuero de Nájera,
origen de la legislación Navarra y base del derecho de los reinos
cristianos. De Nájera es también la primera moneda acuñada en uno de estos
reinos. Fundó albergues y hospitales para que Nájera fuese una etapa
importante de la ruta jacobea.
A su muerte el vasto imperio se dividió entre sus hijos García, Fernando,
Ramiro y Gonzalo, convirtiéndose Nájera en cuna de los reinos de Navarra,
Castilla y Aragón. En Nájera se quedó su primogénito, el rey Don García
(1035-1054), apodado "el de Nájera", porque nació, vivió y fue enterrado en
esta ciudad. Fue un gran rey, típico representante de los monarcas
medievales. Conquistó Calahorra a los moros, y entre sus grandes obras
figura la fundación del monasterio de Santa María La Real de Nájera, de
originario estilo románico-visigótico, y el primitivo monasterio de San
Millán de Yuso. También instituyó la Orden Militar de los Caballeros de la
Terraza o de la Jarra, primera que se fundó en España. Murió en la batalla
de Atapuerca (Burgos) el 1 de septiembre de 1054 en lucha contra su hermano
Fernando, rey de Castilla.
Le sucedió su hijo Sancho Garcés IV el Noble o el de Peñalén (1054-1076),
que guerreó contra los moros, venciendo al valí de Zaragoza, al que
convirtió en tributario. Unido a su primo Sancho Ramírez de Aragón, hizo
frente a los intentos anexionistas del rey de Castilla. Murió en Peñalén
-actual Funes (Navarra)-, despeñado por su hermano bastardo Ramón. A su
muerte, la parte Navarra del reino pasó a la corona de Aragón. Nájera,
Calahorra y otras plazas fronterizas fueron incorporadas al reino de
Castilla por Alfonso VI, que alegó derechos hereditarios. A partir de
entonces declinó su esplendor, a pesar de ser residencia de monarcas y
nobles castellanos y testigo de sus disputas, intrigas y batallas.
En 1136 Alfonso VII el Batallador estableció en ella su capital, convocando
las Cortes del Reino dos años después. Finalmente donó el Reino de Nájera a
su hijo Sancho III el Deseado. Alfonso VIII, el de las Navas de Tolosa de
1.212, hijo del anterior y de Blanca de Navarra, también nació en Nájera.
La
ciudad fue testigo de más hechos notables, como la proclamación de Fernando
III el Santo como Rey de Castilla el 1 de mayo de 1218, o la célebre Batalla
de Nájera en 1367 entre las tropas de Pedro I el Cruel y su hermano bastardo
Enrique de Trastámara. Juan II la honró con el título de Ciudad en 1438.
Enrique IV le concedió los apelativos de "Muy noble y Muy leal" en 1454 y en
1465 donó la ciudad a
Pedro Manrique de Lara.
Los Reyes Católicos confirmaron en esta donación en 1482, otorgándole además
el título de
Duque de Nájera
("Duque Forte").
Y para la hora de comer en la oficina de turismo dan indicaciones de
varios restaurantes recomendados por su calidad. |
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Sábado. 4 de la tarde.
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Seguimos hasta
Logroño. Son 29 Km y tardaremos media hora. Estamos en La Rioja y
es otoño, en fechas en que los riojanos cumplen religiosamente con el ritual
pagano de la vendimia. Por eso seguramente veremos en la carretera trajín de
camiones y remolques rebosantes de uva garnacha y tempranillo. En la capital
podemos escoger entre varios hoteles: Meliá los Bracos, NH Herencia, Ciudad
de Logroño, etc.
En Logroño hay que dedicar la tarde a pasear y a comprar. Para las compras
gastronómicas tenemos las calles situadas entre el Espolón y la Catedral.
Junto al mercado hay varias tiendas de frutas, verduras y legumbres de
calidad contrastada.
Para cenar, hay que hacerlo de picoteo en
“la senda de los elefantes” como se conoce a la calle del
Laurel o también se puede “tapear” en el tramo final de la Gran Vía; en
ambos sitios existe una autentica concentración de bares, cervecerías, pubs
y discotecas.
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Domingo. 10 de la mañana. |
Después del desayuno tomamos el camino a
Calahorra. Son 50 Km y tardaremos 40’. Parte del camino se hace por la A-68
que es de peaje.
La Muy Noble, Muy Leal y Fiel Calahorra,
posee restos líticos que son vestigio de presencia humana del período
musteriense en el Paleolítico Medio. Hacia el año 1.000 a.C. tribus
indoeuropeas llegaron y se asentaron en sus proximidades. En el siglo II
a.C. es una ciudad celtibera llamada Kalakorikos que el año
187 a.C. es conquistada por los romanos. Roma, sobre las ruinas de la ciudad
destruida, erige la Calagurris Iulia, nombre impuesto en siglo I a.C. por el
propio Julio César al que se añade algo después el de Nasica en honor de
Publio Cornelio Scipión Nasica.
Calahorra tuvo el rango de municipium civium Romanorum, que otorgaba la
ciudadanía romana a sus habitantes. Los restos arqueológicos recuperados
manifiestan la importancia de sus casas, termas, circo (en el paseo Mercadal),
templos, etc. Su importancia estratégica la convirtió en plaza importante
primero en las guerras sertorianas y después durante el Imperio en tiempos
de Augusto y Tiberio. En Calahorra nació Marco Fabio Quintiliano, autor de
un manual para la educación de los romanos, el tratado de retórica y
pedagogía llamado Institutio Oratoria.
Los patronos de la ciudad son dos soldados de las legiones romanas, Emeterio
y Celedonio martirizados hacia el año 300 d.C. En la zona de su martirio se
levantó la iglesia que dio origen a la actual Catedral.
En el siglo IV se crea la sede episcopal que llegó a abarcar desde las
tierras de Eulate en Navarra a la franja de los valles vascos hasta el mar.
Durante la dominación árabe, Calahorra fue una ciudad codiciada por su
importancia estratégica, conquistada y perdida varias veces. Después fue
punto importante en el Camino de Santiago en su ruta del Ebro. Ramiro I
proclamó en el siglo IX el Voto de Santiago en la Catedral de Santa María,
vigente hasta la promulgación de la Constitución de las Cortes de Cádiz de
1.812. El rey García III de Nájera fue su conquistador definitivo para el
reino de Navarra en abril de 1045. A partir de esta fecha, fueron los reyes
navarros, aragoneses y castellanos quienes se la disputaron
encarnizadamente. En 1366 fue proclamado rey D. Enrique II de Trastámara.
Muy importante fue, hasta su expulsión en 1492, la judería de Calahorra, en
la zona del Rasillo de San Francisco, con sus propias leyes y recinto
amurallado. Allí pasó la última parte de su vida el literato, astrónomo y
poeta sefardí Abraham Ben Ma’Ir Ben Ezra.
La conquista de Navarra por los Reyes Católicos en el año 1512, supuso la
definitiva pacificación de la frontera militar castellana con Navarra y
Aragón. El 22 de marzo de 1522, visitó Calahorra el Papa Adriano VI. En 1547
se tiene noticias de una corrida de toros durante las fiestas de Agosto.
Comeremos en Calahorra. Después los que tengan que volver a Madrid deberán
hacerlo por la A-68, que es de peaje, se recorre 44 kilómetros hasta la
salida 18 Tudela/N121C/Tarazona. Tomando la N121C, se pasa por Cascante,
Tulebras, Monteagudo, Novallas y Tarazona, donde tomando la N-122 iremos a
Torrellas y Agreda, para coger allí la C-121. Seguiremos hasta que pasado
Jaray tomemos la SO-P-3022 hacia Buberos y Gómara para coger entonces la
C-101, que nos llevará hacia Tejado; Seguiremos por la C-101 hasta Almazan,
en donde cogeremos la N-111. Y después, al llegar a Medinaleci, la cosa se
vuelve más fácil porque la N-II nos llevará a Madrid. Habrán sido 346
kilómetros y habremos tardado 4 horas más los descansos. |
José Ignacio González Rodríguez |
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